En nuestro medio ha habido de todo, entrar con el pie derecho a cancha, usar una determinada prenda, hacer o evitar hacer algo especifico el día antes del partido, comer cierta comida etc. etc. En la realidad del Tigre siempre hubo una simpática cábala: la de tener un negrito en el primer equipo. El mártir de Viloco Juan Iriondo, su hermano el gran Luis Iriondo, el insuperable Chocolatin Castillo, el chico Víctor Hugo Angola, Iván Castillo, entre los mas recientes.

Los infames “tulipanes rojos” (de la mano de la corrupción y el poder político) llevaron a las huestes cholas desde el hedor de segunda a sus mayores cotas de popularidad y llenaron sus huecas cabezas de grandes designios. Siguiendo esta “noble” tradición “histórica” hace unos meses empezó a destacar entre los dirigentillos cholestes una vocecilla aflautada, la “gorda” Daniela Aranibar. Homosexual declarado, sus inclinaciones keusas son solo superadas por su odio al Oro y Negro. Esta estrella luminosa del firmamento choleste tuvo una ascensión meteórica en la dirigencia cacadémica, eclipsando y arrebatando sus funciones y figuretismo nada más y nada menos que al famosísimo ángel chamarrero. Sus intrigas de solterona, declaraciones histriónicas a la prensa y arrebatos histéricos cuando sus malos deseos no se cumplen nos muestran a una loca desatada. Un aprendiz de brujo, o APRENDIZ DE HADA....
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