DEL CIRCO Y SUS PAYASOS

Como parte de su ofensiva mediática la Mano Negra ha lanzado a uno de sus criados en un ataque frenético por salvar los muebles.


En nota “periodística” del suplemento Acción del periódico La Prensa del 12 de marzo de 2007, el pseudo-comunicador Edgar Toro Lanza, conocido choli donde los haya, lanza su diatriba titulada “Futbolistas tienen todo de su parte”. Bien podía haber titulado su perorata “soy un choli ardido”, porque el sentido tendencioso e imparcial de la invectiva es claro.

La puesta en escena del periocholi comienza con la triste historia de tres inocentes y bonachones cerditos, dignos trabajadores, sacrificados y leales, los cuales mediante engaños fueron reducidos a la condición de servidumbre por un amo cruel y ventajista.

Los argumentos del periocholi están sustentados por el inestimable testimonio y evaluación pericial de dos dignísimos hombres de leyes bolivianos Hernán Clavel y Gonzalo Trigoso, cuyos extensos curriCULOS incluyen la redacción de la Constitución Política de la Ínsula de Barataria, el Código Penal del País de Nunca Jamás y la Declaración Universal de los Derechos de los pitufos.

En el escrito, los ilustrísimos y grandísimos profesionales del tinterillismo explican con pelos y señales los extremos a los que llego el vil amo esclavista para privar a los tres cerditos bonachones de sus derechos al trabajo, a la libertad y al cambio de sexo.

Para cerrar su nota e invocando a los espíritus de Solón, Pericles, Marx, Maimónides y del Chapulín Colorado, el periocholi hace un desperado e histérico clamor por justicia para los cochinitos!!!. Ese debe ser el slogan de nuestra generación, así como el mundo clamó por la prisión de Mandela o la caída del Muro de Berlín o el Oscar para Rambo.

Justicia divina, legal, deportiva o circense, pero justicia al fin. Es un asunto vital del cual depende el destino de nuestra democracia, de nuestra economía, de nuestra nación, de nuestro planeta….

No dejemos que los tres puerquitos sean carne de chicharrón…